lunes, 1 de julio de 2013

T.V: Girls (2ª Temporada)


Llevo sin escribir semana y poco aproximadamente. Me gustaría decir que es justificado pero es justificado a medias, no es que no haya encontrado nada de que hablar, podía haber hecho antes lo mismo que he hecho hoy y usar uno de esos temas que quise tratar y no traté en su momento, pero al final siempre me daba pereza. El hecho de haber empezado otro blog (al que tampoco dedico tanto tiempo como debería) y que sean vacaciones no ayuda, cómo tampoco ayuda que no me siente a jugar a la lista de juegos pendientes que tengo de los que me gustaría hablar (porque seamos sinceros, aquí se supone que iba a hablar también de videojuegos viejos y hace mucho que no saco el tema).

Prometo que las cosas van a cambiar un poco, voy a intentar coger una rutina, y si algo no lo he acabado, hablaré de otra cosa que si haya terminado. Mientras me paso los juegos que tengo en la lista de pendientes podemos ir hablando de otras cosas. Cómo de la segunda temporada de Girls, por ejemplo.

Girls fue una de las grandes sorpresas (al menos para mi) la pasada temporada. Una serie de la que no me esperaba nada y que pasó de medio placer culpable a convertirse en una de mis series de cabecera, y esta temporada el programa creado por Lena Dunham no ha hecho más que confirmar las buenas vibraciones de la pasada temporada. Su discurso es honesto y relativamente crudo. Es gracioso y dramático a partes iguales y en toda su fealdad es absolutamente bonito. Los protagonistas de Girls -ellas sobre todo pero también ellos- son reflejos de una generación absolutamente perdida, la generación de Dunham, una de las peores generaciones jamás descritas. Sus personajes son egoístas y torpes, se equivocan y la mitad del tiempo no tienen ni idea de que coño están haciendo, y eso es lo más maravilloso de todo. Aprendes a amarlos a partir del odio que sientes, porque al final todos hemos conocido a alguien cómo ellos.

Conozco a varias Hannahs, y a varias Marnies. También conozco a un par de Shoshannas y por raro que suene conozco a un par de Jessas, y lo mismo con los tíos, todos somos un poco Ray y Charlie aunque todos deberíamos ser Adams. Girls, con su intrascendencia trascendental y sus personajes semi-locos es un fiel reflejo de una generación. No sabría decir exactamente cual, sé que es la mía, pero sé también que no es la de toda la gente de mi edad. La generación de los perdidos, de aquellos que quieren cambiar el mundo pero en realidad no tienen ni idea de cómo. La generación que sueña por un lado ser ellos mismos y por el otro en el fondo no quiere ser más que una persona normal. Eso es lo que representa Girls, y no tiene miedo a ser honesta, que es una de sus mayores virtudes.

Incluso en los capítulos más exagerados, cómo el maravilloso One Man's Trash (posiblemente el mejor capítulo de cualquier cosa que he visto este año) se concede unos minutos para ser absolutamente sincera. Porque Lena Dunham tiene una visión bastante cruda de la realidad y no tiene miedo a enseñarla. Creo que sus desnudos de hecho (uno de los puntos más comentados de la serie) no son más que un reflejo de esa honestidad pura. Dunham es fea cómo un pie, es imposible que ella no lo sepa, y sin embargo no pierde un capítulo para aparecer desnuda. Porque es parte de ese discurso sincero y sin artificios, porque ella es cómo es, y eso es lo único que importa.

Mierda... creo que esto está quedando muy inconexo.

En general lo que hace grande a Girls es que es sincera. Lo que la hace grande es que sus personajes son creíbles, es que sus problemas y sus cagadas son honestas.

Si no habéis visto la serie ya tardáis, porque es una de las mejores series que se emiten actualmente.









Por ponerle una pega, y ya por terminar, tengo un problema (a medias) con el personaje de Adam y su implicación en el final de la serie. El rollo es que Adam es la visión que tiene Lena Dunham de lo que debería ser un hombre. Es un tipo sencillo. Masculino y directo. Que no se anda con mierdas de ningún tipo porque no necesita andarse con mierdas. Es carpintero (es muy masculino que tenga un trabajo en el que trabaja con madera y con las manos) y durante casi toda la serie sabe, en contra del resto de los personajes, quien es y donde está y que coño está haciendo. Al final de esta segunda temporada... 

(AQUÍ YA SPOILERS) 

...Hannah está teniendo la crisis definitiva y en un acto semi-involuntario termina llamando a Adam para que vaya a salvarla, Adam, QUÉ ES EL HOMBRE, acude a salvarla, corre calle abajo sin camiseta, entra en su casa y la saca en brazos. Me cuesta digerir eso, no por el personaje de Adam, que evidentemente está definido cómo EL HOMBRE y por tanto no me sorprende que acuda a rescatar a la dama en apuros, si no que me parece que envía un mensaje relativamente contradictorio con respecto al resto de la serie. Porque al final Hannah, que intenta ser esta mujer fuerte e independiente incluso cuando se equivoca, termina recurriendo a su caballero andante, a su macho alfa, para que acuda a rescatarla cuando el pozo está más profundo. No es que me parezca un problema gordo tampoco, me parece un problemilla, osea, entiendo en cierto modo el mensaje de que en el fondo todos necesitamos a alguien y eso, el gran error me parece que sea Adam quien la rescate.

Me explico, si en lugar de EL HOMBRE, la que acudiese al rescate fuese su mejor amiga (que no desentonaría cómo momento en el que Marnie y Hannah terminan de superar las diferencias que han roto su amistad a lo largo de esta segunda temporada) no me chocaría tanto, es el hecho de que sea el amor lo que la saca del pozo lo que me parece que chirría un poco.

(FIN SPOILERS)