miércoles, 17 de diciembre de 2014

MÚSICA: Lo nuevo de Laura Marling.

Para acabar el año con buena nota (a pesar de que queden 14 días, 14 de 365 no es nada) Laura Marling presenta hoy un adelanto de su quinto trabajo, Short Movie, que saldrá a la venta el 23 de Marzo del año que viene. La canción es la que da nombre al disco y el vídeo es muy cuco y muy bonico:



Lo sé, queda MAZO para el 23 de Marzo.






Off Topic: ¿Hay ultimamente (siendo "ultimamente" un eufemismo de "el último par de años") un boom de los videoclips animados o es mi imaginación?

viernes, 12 de diciembre de 2014

¿Qué pasa con SHIELD?



Si alguien me hubiese dicho hace un año que iba a estar escribiendo una entrada en favor de Agents of SHIELD, le hubiese llamado loco. Y probablemente me hubiese dado un poco la risa también.

Y es que hace un año Agents of SHIELD era "Loca academia de agentes secretos", un procedimental vulgar y corriente protagonizado por unos personajes tan intrascendentes que no podían ser más molestos, con unos triángulos amorosos forzadisimos y sin ningún tipo de argumento real. Hace 365 días, Agents of SHIELD era el primer gran fracaso de Marvel como productora audiovisual (sí, primer GRAN FRACASO, peor que Iron Man 2 o el primer Thor), una mierda de serie que no servía ni como placer culpable.

365 días después la serie se ha convertido en uno de los mejores entretenimientos puros que se emiten ahora mismo en televisión. Ahora mismo ha eliminado prácticamente todo lo que la hacía horrorosa y la ha sustituido por todo aquello que le faltaba. Agents of SHIELD ha pasado de ser el gran fracaso marvelita a ser uno de sus mayores aciertos, ha pasado de ser el producto menor a ser la conexión más fuerte con Los Vengadores 2, de ser el tipo vago al final del grupo a ser el líder que dirige el camino. 

Y es loquísimo.

Y me encanta.


(a partir de aquí va a haber SPOILERS de Capitán América: El soldado de invierno y la serie)

¿Qué es lo que ha cambiado? Para eso tendríamos que remontarnos al piloto y a los primeros cuatro o cinco episodios de la serie, analizar lo que era, y mirar lo que es a día de hoy. Hace un año Marvel presentó una serie que seguía a un equipo especial pequeño de SHIELD que Nick Furia permitía montar a Phil Coulson. Un equipo formado por Ward, un súper-espía, Melinda May, anterior espía al nivel de la viuda negra venida a menos por una vida de misiones, el duo Fitz/Simmons, una pareja de súper-científicos jóvenes y Skye, una hacker a la que casi recogían por lastima en el piloto. Cada episodio era una nueva aventura del equipo, enfrentándose a diversas amenazas que poblaban el mundo marvelita y representada principalmente en forma de tecnología alienígena muy jodida o, de cuando en cuando, tipos con superpoderes. Los focos de la serie estaban en la relación Ward/Skye y en el misterio acerca de cómo Phil Coulson podía haber resucitado de entre los muertos.

Y era un coñazo. No os voy a engañar. Ninguno de los integrantes originales del equipo era interesante en esta primera etapa. Todos estaban vagamente desarrollados y no terminaban de encajar (especialmente Skye, Fitz y Simmons) en la idea de una súper-organización de inteligencia. No había (aparentemente) un rumbo o un objetivo, y el misterio de la serie, aquello sobre la muerte de Coulson, no era lo suficientemente interesante como para mantenerte pegado al asiento semana a semana. Ni siquiera los cameos con cuenta gotas de actores provenientes de las películas del estudio, o sus cruces con aquellas tramas (como la de Thor) servían para mantener el interes. Eran episodios forzados, metidos más como guiño a los fans de las películas que otra cosa, y olían a intento desesperado por revitalizar las audiencias de la serie (que, obviamente, se habían desplomado).

Entonces Marvel estrenó una película llamada Capitán América: El Soldado de Invierno. En ella se descubría que HYDRA llevaba años oculta en SHIELD, para cuando la película terminó Nick Furia era dado por muerto (a ojos del gran público al menos) y la organización desaparecía por completo. Esto produjo muchos cambios en la serie, obviamente, por un lado el tono cambió. De procedimental ligero a serie de espías relativamente oscura en la que nadie era de fiar y todos podían ser unos traidores. Dio un villano al equipo, les puso contra las cuerdas e hizo que en la recta final de la primera temporada la cosa empezase a remontar. Hubo traiciones, cambios de bando, nuevos personajes y mucha más acción de la que había habido hasta el momento. Y al final, Nick Furia cedía a Phil Coulson el mando de SHIELD, haciéndole prometer que la reconstruiría de las cenizas y que sería discreto.

Y en esas estamos ahora. SHIELD ahora no va del pequeño equipo de espías de Phil Coulson si no de su pequeña organización en la sombra. Ahora hay (¿había?) un gran villano en forma de organización espía, hay una trama central con cierto peso, nuevos personajes, todos ellos súper agentes secretos, y sobre todo, los mierdas de la primera temporada (Simmons, Fitz y Skye) pasaron por tanto tras aquel final que son personas completamente diferentes ahora. Los dos científicos acabaron tocados y jodidos, su infantilismo y colegueo de patio de colegio ha dado paso a personalidades mucho más amargas y una relación mucho más jodida, mientras Skye decidió dejar de ser la dama en apuros para convertirse en una agente de campo más, bajo la tutela de Melinda May. Ahora SHIELD parece SHIELD, no los boy scouts. Los villanos son unos hijos de puta y la trama es interesante.

Pero a pesar de todo, todos esos cambios no son "lo mejor que les ha pasado". Lo mejor que les ha pasado han sido el nuevo Ward y la incorporación de Kyle MacLachlan en el papel de Cal, el padre de Skye. El primero el año pasado resultó ser un agente de HYDRA infiltrado, lo que le dio una capa de psicopatía muy cojonuda. Lejos de hacer lo habitual en este tipo de series y usar esta segunda temporada para redimirlo, los guionistas han preferido mantenerlo como as en la manga. Nadie tiene claro si es bueno o es malo, no parece responder ante lealtades de nadie y sobre todo, no es heroico ni quiere fingir serlo. Es un hijo de puta que nunca sabes por donde va a salir, siempre calmado, siempre implacable, y comparándolo con como era su personaje en el piloto de la serie... joder, lo que ha mejorado la cosa. El segundo es otro de los nuevos villanos. Kyle MacLachlan es mejor actor que toda la gente a la que tiene delante y se nota, su Cal es un personaje salvaje y perturbado (y perturbador) con unos cambios de humor terribles, y aunque es un villano pasadísimo de vueltas, MacLachlan lo interpreta con maestría y no cae en el ridículo si no en lo intimidante. 

Así que, sí, Agents of SHIELD ha mejorado. Mucho. Y está a un nivel LOQUÍSIMO. Y lo que han desarrollado para Vengadores 2 y la fase 3 de Marvel es canela fina. Ved la serie, de verdad, merece la pena muchísimo.

martes, 2 de diciembre de 2014

CINE: Human Traffic (1999)


Jip está preocupado porque no puede follar por miedo, a Koop le cuesta sobreponerse a sus paranoides celos y es incapaz de ver a su novia y no pensar que se está follando a otros, Nina está agobiada porque su vida ha alcanzado un punto muerto antes siquiera de empezar, Lulu no sabe si tiene que buscar a un tío o pelear por ser una mujer moderna e independiente, y el pasotismo crónico de Moff no es más que una fachada para ocultar que tiene un pánico absoluto a enfrentarse a la vida de verdad. Juntos estos cinco amigos (y el hermano de Nina) pasarán una noche de clubs, drogas y fiestas en la Cardiff de finales de los noventa. Miembros de la llamada Generación Extasis, los Ravers o la Generación Club. Hedonistas por naturaleza que viven por y para el fin de semana.

Esa es un poco la premisa de Human Traffic una pequeña película independiente inglesa que pude ver el otro día, que viene a ser un poco a las pastillas lo que Trainspotting es a la heroína. Como aquella, Human Traffic abraza las drogas, pero sin presentar casi ninguna de las partes malas de las mismas. Si acaso el bajón del éxtasis del final de la noche, el que revela la hipocresía generada por la droga. O la paranoia provocada por cerebros destrozados por sustancias estupefacientes. Pero más allá de ello esta es una película en la que sus protagonistas son unos yonkis casi orgullosos de serlo. No hay nada de malo en ponerse hasta el culo el fin de semana, mientras todos ellos puedan seguir siendo seres humanos relativamente funcionales el resto de días. El éxtasis no es heroína y ellos solo dependen de las pastillas para momentos de fiesta. Y, la verdad, no tengo ningún problema con ello. He conocido gente así, gente completamente funcional que de vez en cuando se pone hasta el culo, y no hay ningún problema con ponerse hasta el culo de vez en cuando. La droga de por sí no es mala. Si fuese mala no la tomaría nadie. No, es divertida y te hace sentir de la hostia. No hay nada de malo en querer sentirse de la hostia de vez en cuando.

-Y por más que suene exagerado, ser un pastillero o tomar speed el fin de semana no es peor (no mucho, al menos) que ser un alcohólico de fin de semana. La diferencia es la legalidad del producto consumido-

En cuanto a la película en sí, no hay tampoco tanto que decir. Para ser el primer trabajo (previo a esto tiene una T.V movie y un capítulo de una serie -y posterior solo otro trabajo) de Justin Kerrigan y dedicarse al guion y a la dirección al mismo tiempo... no está tan mal. Hay muy buenas ideas, y cuando la película quiere ser crítica lo es y mucho. Siempre desde un punto de vista de adolescente enfadado con el mundo, claro, no es sutil ni inteligente, pero eso no hace que su crítica funcione menos cuando se lo propone. Momentos como el baile del robot en el McDonalds, los reportajes televisivos, los subtítulos de la comida del domingo, la conversación sincera o, mi favorito, la política de los petas son geniales, funcionan y son, sobre todo, honestos. Cualquier persona que fume o haya fumado porros sabe que lo de la política del peta es real como la vida misma, igual que cualquier persona que se haya movido por según que ambientes sabe que la paranoia que representa la película es también es bastante veraz. En ese sentido la cinte se concede pocas concesiones. No intenta ocultar las cosas supuestamente malas si no que las alardea orgullosa. Pero claro, no las alardea tanto como debería.

Hay muchas partes en esta película que, o bien son un coñazo, o bien les sobran minutos. La parte en el club es demasiado larga y hay demasiados planos demasiado extensos de simplemente gente de fiesta. Puedo entender que, como el resto del modo en el que está rodada la película, esos planos están escogidos adrede y que todo pretende contribuir a esa especie de sensación de burbuja que destila toda la cinta como el abusivo uso de primeros planos -cuando no son planos mega cercanos acentuados por un ojo de pez- que ayuda a darle una sensación, tanto de cercanía (de que el espectador es parte del grupo) como de pseudo-mockumentary (subrayando cien veces lo de pseudo), o el sonido, que está mezclado de un modo en el que la música siempre está un grado por encima de la voz, lo que ayuda a inducir al espectador en esa sensación de agobio y sordera que se tiene en las discotecas. Aunque igual solo está mal contado y mal grabado el sonido y le estoy buscando yo tres pies al gato.

Tampoco está bien que la mitad de los personajes no terminen de ser definidos en ningún momento. Se sueltan pequeñas cosas aquí y allí para definirlos, pero jamás se profundiza demasiado en ellos. Cosas como el asunto de la madre de Jip o los problemas del padre de Koop aparecen y desaparecen de la película sin ninguna importancia. Jamás se termina de explicar bien el motivo de que el hermano de Nina los acompañe, lo que me lleva a pensar que solo está ahí para justificar dos coñas, y cuando al final intentan dar un mensaje al asunto, hablando de como no son unos yonkis si no que son unos fiesteros, desencadenado por el personaje más auto-destructivo del grupo, queda apresurado y no tiene demasiado sentido. No es que me parezca un mal mensaje (en el fondo la idea de "dejaremos de hacerlo cuando nos aburramos de ello" no tiene porque ser falsa o un mal mensaje) pero está ejecutada de forma demasiado abrupta.

Y ese creo que es el problema principal del que peca la película, que no termina de funcionar como retrato de una subcultura, pues prefiere quedarse en la superficie, ni como historia, porque, en el fondo, no tiene ninguna. Jip y sus amigos salen un día de fiesta... y ya. El protagonista tiene un arco, por llamarlo de alguna manera, pero es un arco tan intrascendente que llamarlo argumento no tiene ningún sentido. Ni siquiera todo el subtexto de la paranoia de la generación del éxtasis y sus viajes psicotrópicos termina de funcionar porque la película, salvo en momentos puntuales, tampoco quiere ser eso del todo. Así que al final tenemos un pastiche de crítica social, retrato generacional, drogas y música electrónica que no parece saber muy bien que es. Con esto no quiero decir que me haya parecido una película terrible, tiene muy buenas ideas, la banda sonora es buena, y los pocos momentos en los que, en su superficialidad, decide ser honesta es buenísima, pero los peros pesan mucho. Creo que es una película que funciona mejor como piloto de serie (porque duraría casi la mitad y posteriores episodios podrían profundizar en los personajes que presenta) que como película individual.

Eso sí, si como a mi la electrónica de finales de los noventa os mola, y el hedonismo idiota de los ravers de aquella época también os interesa es probable que os guste.