lunes, 13 de abril de 2020

El problema con Watchmen.


El problema con Watchm... No, espera. No puedo empezar así, joder. Menuda manera de abrir. Un año y medio sin escribir en este blog y vuelvo para hablar de algo negativo. Pero es que en realidad es de lo que quiero hablar. Y va a parecer que la serie no me ha gustado, cuando, la verdad, me ha gustado más de lo que esperaba. No daba un duro por ella y mira, muy bien, muy conseguida. Me ha sorprendido para bien y la recomiendo. Pero.

Siempre hay un pero ¿no? 

Y en este caso necesito sacarme esto del pecho. Por supuesto si estáis leyendo esto (¿hay alguien que en 2020 todavía lea blogs?) os aviso desde ya que puede que haya spoilers. Así que dejad de leer y ved la serie que está guay.

En fin.

Volvamos a empezar.








Tulsa es una ciudad relativamente pequeña, perteneciente al estado de Oklahoma. Geográficamente está un poco en, y perdonad mi lenguaje, el puto medio de Estados Unidos. En la Wikipedia, cuando pones las ciudades de EEUU ordenadas por población, ocupa el puesto número 46 de las 282 que aparecen. No es una ciudad particularmente destacada ni por densidad de población, ni monumentos ni nada. O por lo menos no lo es para los que no vivimos en USA, a lo mejor en USA es importante, no lo se. También es el escenario de la nueva serie de Watchmen de HBO. Y es importante que lo sea, y una de las cosas más inteligentes que hace la serie en realidad.

Watchmen, la serie, como Watchmen, el cómic, parte de un conflicto del mundo real que está al borde del colapso. Pero mientras que la obra de Moore y Gibbons tenía la Guerra Fría como escenario, la gente de HBO ha tenido que tirar de algo mucho más local, porque en el año 2019 ya no tenemos grandes conflictos internacionales. La guerra fria terminó, y sí, el ejercito de USA sigue pegando tiros por ahí y siguen promocionando de vez en cuando "la lucha contra los terroristas" y esas cosas que les gustan decir a ellos, pero en general no tienen un gran villano al que derrotar. No están al borde del conflicto mundial con otra superpotencia. En parte porque no existe otra superpotencia y en parte porque ya hemos superado un poco toda esa fase, sinceramente.

No, el conflicto del que parte Watchmen es más privado y es la situación sociopolítica que viven ellos. En general que vivimos todos a nivel internacional, pero cada país con sus particularidades, y es el del resurgimiento de la ultraderecha y los movimientos supremacistas y nacionalistas. En USA eso se traduce en los MAGA y el resto de tarados racistas que se fueron en 2017 a gritar para que no tirasen la estatua de un señor racista en Charlottesville. Todos esos movimientos reaccionarios de, en su mayoría, hombres y, en su mayoría, blancos, muy enfadados con el sistema que les ha dejado atrás y ha abandonado sus valores tradicionales que buscan reconducir el país y el mundo a su orden natural a cualquier precio.

Y, hasta cierto punto, me parece muy inteligente que se centre en ese conflicto, y como plantea ese conflicto también me gusta. De verdad. Porque hay pequeños detalles aquí y allá en el planteamiento de este 2019 alternativo que si no justifican la existencia de movimientos supremacistas blancos, si los hacen entendibles. Hay muchas pinceladas de lo que parece querer presentarse como una distopía de izquierdas, una sociedad tan centrada en forzar el buenismo que ha coartado las libertades individuales de sobremanera. Y no solo eso, es que encima lo han justificado a través de la mayor mentira jamás contada (el final de la obra original).

El problema con Watchmen, la serie de HBO es que pasado ese punto de partida decide no hacer nada con los temas que plantea. No solo eso, si no que decide dejarlos de lado en favor de una historia de ciencia ficción que poco o nada tiene que ver con el conflicto privado y político en el que parecía centrarse al principio. Y cuando toda una obra parece construida en base a una temática particular, abandonar esa temática me parece que es caerse un poco con todo el equipo.

No quiero decir que la serie necesite hacer una exploración humana del nazi que justifique su mierda de mentalidad, pero es que a ratos parece querer hacer un ejercicio de autocrítica. A ratos parece querer decir "mira, esta gente es basura pero no vamos a negar que esta basura ha crecido un poco por nuestra culpa", incluso aunque no llegue a decirlo del todo nunca. Hay un comentario sobre dejarse llevar por el odio, sobre el resentimiento, sobre el ciclo de destrucción, la acción/reacción y todas esas cosas, que nunca termina de ser el centro de atención que, en un principio, parece querer ser.

Hacia la mitad abandona (no del todo, pero sí lo abandona) todo eso en favor de una historia más propia de un cómic de superhéroes, con villanos que buscan el poder absoluta y un conflicto a escala planetaria. Y no es que sea insatisfactorio, está bien, los actores están genial, los personajes son buenos y la historia es interesante, pero es un cambio tonal y un abandono temático tal que no puedo si no verlo con ojos negativos. Eso sin contar con que se suceden una cantidad de sin sentidos importantes. Pero tampoco quiero hacer esta entrada más larga de lo que debe ser.

Tampoco quiero que suene esto a que no me ha gustado porque "no han hecho lo que yo creía que iban a hacer/quería que hiciesen" porque no es eso. No estoy hablando de que quería que se centrasen más en la problemática social e ideológica, es que la serie se estaba centrando en eso ¡Que abre con unos tipo del Ku Kux Klan destruyendo un pueblo después de que un niño vea una serie sobre un superhéroe negro! ¡Y los villanos hasta la mitad son un grupo de racistas confesos! ¡No es subtexto!

Y sobre todo es que al final, gracias a ese cambio de dirección, la serie se ahorra hacer algún tipo de cierre real al problema del que partía. En el cómic Adrian Veidt "arregla" la Guerra Fria. Da a la Unión Soviética y EEUU un enemigo común al que temer, utiliza sus reglas en su contra y les hace desviar ese pánico que tienen el uno del otro y centra toda esa energía en el gran engaño. Cuando la historia termina, todo ha cambiado. En la serie eso no pasa. Al final matan al grupo de racistas del principio ¿Y qué? ¿El racismo en américa está solucionado? ¿La división entra la izquierda y la derecha se ha terminado? No. Porque responder esas preguntas requeriría dar respuestas más complejas que la serie activamente decide no dar.

Cuando todo está dicho y hecho, nada ha cambiado. El cambio más significativo viene de que la humanidad va a descubrir lo que hizo Veidt en el 85 y el propio Veidt va a pagar por ello, pero es que de eso no iba la serie.

Watchmen me ha gustado mucho. Está bien actuada, hay un par de personajes que me han encantado, tiene una producción y una dirección buenas y hasta un par de episodios que consideraría sobresalientes. Pero también es una serie que se queda a medio gas al final.

Me gana por la sorpresa. Porque no esperaba nada de ella y es buena.

Me pierde un poco porque durante un rato parece que podía ser mejor que eso.

martes, 6 de noviembre de 2018

Los peligros del telemarketing.


Sorry To Bother You es muchas cosas, o más bien intenta ser, muchas cosas al mismo tiempo con diferentes niveles de éxito. Por un lado, es una sátira de la sociedad moderna y una crítica al capitalismo extremo, también es un comentario acerca de los roles que asumimos en la sociedad y los disfraces que nos ponemos, y luego es una película semi-distópica que parece tratar de mezclar comedia, ciencia ficción y ¿terror? (¿supongo?). Todo esto además narrado de un modo que prioriza lo visual y utiliza muchos trucos prácticos para darle una sensación de... no sabría como definirlo ¿surrealismo?, bueno, de lo que fuera que hizo Michel Gondry en "¡Olvídate de mi!" (por cierto, hay una referencia a Gondry en esta película).

Y si todo esto suena a desastre y a una película que no sabe lo que quiere ser y que en el fondo intenta abarcar demasiado y fracasa porque aprieta poco y que tiene un tono disfuncional que no termina de casar... estaríais un poco en lo cierto. Pero solo un poco. Porque a pesar de todo ello, la película funciona bien. Mejor que bien de hecho. O, más bien, a mi me pareció que lo hacía. Es importante aquí que deje claro que "a mi me pareció" porque el debut en la dirección del rapero y activista Boots Riley, como cualquier clásico de culto instantáneo (y esta lo es), ha sido recibido de forma extremadamente polarizante, y a pesar de que yo me incline en el lado de la balanza que va a alabar esta película, entiendo perfectamente por qué ha pasado esto. Pero es que para mi hay demasiados buenos elementos en esta peli para no estar a favor.

De entrada, las interpretaciones son todas destacables, Lakeith Stanfield (visto en Atlanta, Get Out y Short Term 12) borda al protagonista, Cassius Green, un perdedor sin suerte de clase baja que recibe la oportunidad de su vida cuando entra a trabajar para una empresa de telemarketing y descubre que tiene el superpoder de hablar con voz de blanco (cuando habla con voz de blanco le dobla David Cross). Tessa Thompson hace de su pareja sentimental y... yo que sé, Tessa Thompson mola mucho y tiene mucho carisma, y este papel básicamente requiere que tenga presencia en pantalla más que otra cosa así que lo borda. Y por último también está Armie Hammer, que es lo mejor de la película, la verdad. Cada escena en la que está (y no está en muchas) es magnífica y él clava un personaje muy fuera de lo que estamos acostumbrados a verle hacer y que es divertidísimo. Armie Hammer debería ser mucho más famoso de lo que es, la verdad.

Los pendientes de Tessa Thompson en la película también son la caña
A nivel argumental, a pesar de algunas cosas, le película es fantástica también. Porque su historia, que parte de una premisa ya de por si original, es una locura que solo se vuelve más loca conforme pasan los minutos, sin olvidarse en ningún momento de ser la crítica brutal que es. De hecho, en cierta medida ese es un poco su gran problema, Riley parece desesperado por contar todo lo que pueda y termina por no apretar del todo en algunas cosas que plantea. Hay ciertos elementos, tanto a nivel argumental como de mensaje, que se sienten poco explorados o, como ocurre en el peor de los casos, parece que la cinta se olvide de ellos a la mitad. Pero es un viaje tan puñeteramente extraño que para cuando termina (siempre y cuando hayas decidido ir con la película, claro está), el hecho de que ciertas cosas se hayan perdido a lo largo del metraje no se nota. O más bien da igual. Hay sin embargo un momento clave que es la parte que va a determinar si este film os gusta o no. Porque al inicio del tercer acto la historia decide tomar un giro de 180º y pasar de extraña a majara, y ahí... o entráis o no. No creo que haya un termino medio con respecto a como os vais a sentir cuando eso pase.

También es verdad que puede que yo entrase porque estoy completamente de acuerdo con el discurso general de la película sobre el capitalismo, la sociedad moderna, la hipocresía, el consumismo, la diferencia de clases y la importancia de los movimientos sindicales. Me imagino que si sois neoliberales o de derechas en general esta cinta (que no deja de ser un poco panfletaria) a lo mejor os produce urticaria.

En general Sorry To Bother You es una película que brilla en muchas cosas, fracasa en otras, pero que por originalidad y por ser "diferente" ya merece la pena verla y ya es una de las películas más destacables de 2018, por no hablar de la importancia y relevancia que algunos elementos de su discurso tienen ahora mismo. Es de lejos lo más original que he visto este año y ojalá Boots Riley haga más películas (siempre y cuando aprenda de los evidentes errores que tiene esta).





Por otra parte, lo que es un puto drama es que todavía no tenga (y probablemente nunca vaya a tener) fecha de estreno en España. Pero bueno, qué le vamos a hacer.

lunes, 19 de febrero de 2018

La importancia de la cultura pop

Me sabe mal usar algo que haya dicho Max Landis de ejemplo después de que fuese acusado hace unos meses de acoso (como tantos otros) y desapareciese de la faz de la tierra, pero el hijo del director de El Principe de Zamunda hizo este vídeo a raíz de la polémica de la adaptación estadounidense de Ghost In The Shell, cuando se decidió contratar a Scarlett Johanson para interpretar al personaje protagonista en lugar de a una actriz japonesa (que es lo que se supone que es el personaje), y se acusó a la cinta de "whitewashing" y eso:



Para los que no sepáis inglés, o no soportéis a Landis hasta el punto en el que no podáis verle hablar durante más de dos minutos, os hago un breve resumen. Max en el vídeo dice que, si os jodió eso, no deberíais cargar ni "contra el estudio, o el director, o la actriz o la industria cinematográfica". Justifica esto basicamente hablando de como en la industria hace unos diez años desaparecieron las "estrellas". Antes, había "estrellas de cine", actores y actrices que significaban distintas cosas en diferentes mercados pero que podían hacer una película viable por si mismos. Según él quedan unos diez o doce actores que pueden sacar adelante un proyecto (de los cuales solo dos son negros -Will Smith y Denzel Whasington, aunque creo que en el caso de Smith ya no), y hay solo como unas cuatro o cinco actrices que pueden lograr lo mismo (de las cuales, según Landis, todas son blancas). El guionista de Chronicle pasa luego a hablar como esto no era así antes y como en los ochentas y noventas sí existía diversidad entre las estrellas (porque había más), como antes existía gente como Jackie Chan, Jet Li, o Lucy Liu... y ya no. Pero eso, según su idea, no es culpa de la industria cinematográfica per se, que de un momento a otro se ha vuelto racista, si no al sistema y como ya las películas no hacen tanto dinero (los blockbusters famosos cada vez hacen más pero las pelis que se perciben como medio arriesgadas cada vez hacen menos), lo que provoca que los productores estén acojonados y hagan lo que les parece que es ir sobre seguro (y eso pasa por contratar basicamente a gente blanca).

Hizo una secuela de ese vídeo AQUÍ, en el que expandía sobre esos pensamientos y hablaba de como el sistema es racista pero no puedes culpar a la gente que trabaja dentro del sistema de ser racista porque no es solo un problema provocado por una única persona, si no por una industria trabajando bajo unas métricas irreales y basadas en el pánico provocado por una crisis en la industria.

Os he dado esta pequeña gran chapa introductoria, porque creo que es muy importante entender esta realidad de la que hablaba Max Landis (y de la que el año pasado habló Anthony Mackie -Falcon en las películas de Marvel- en una comic con -cuyo vídeo podéis ver AQUÍ) para entender por qué ir a ver películas como Black Panther o Wonder Woman, cintas hechas por super corporaciones y pensadas casi de forma exclusiva con el propósito de vender merchandising a niños, es importante. Porque, y esto os lo digo de todo corazón, que estas películas tengan un éxito absurdo es una de las mejores maneras de lograr que volvamos al estado en el que estaba la industria en los noventa, en donde que se estrenase toda la franquicia de Alien, Blade o Spawn (es muy jodido que la gente siempre diga que Blade es la primera película relevante con un superhéroe negro como protagonista cuando literalmente dos años antes se había estrenado Spawn) no eran un acontecimiento ni suponían un punto y aparte en el estado de nada. El único modo que tenemos de demostrar a ese sistema jodido, machista y racista que queremos que dejen de ser unos machistas y unos racistas es si mostramos interés en estas películas.

Es lo mismo que pasa con lo de ir a ver más cine independiente, o mejor dicho, alternativo a las salas de cine (algo de lo que hablé largo y tendido hace años EN ESTA ENTRADA). Es importante apoyar a las películas que sean diferentes. Ya sea porque el protagonista no tiene el sexo o la raza a la que la maquinaria de Hollywood nos ha acostumbrado en la última década o porque es una película medio arriesgada no basada en nada de algún género minoritario. El único modo de que tengamos más de algo es si demostramos que queremos más. Y el úncio modo que tenemos de demostrar eso en lo que respecta a las películas es yendo al puto cine y pagando por verlas.

Y con eso explicado, quiero hablaros ahora un poco de la película de Pantera Negra.



La decimoctava película de la monstruosa multifranquicia Marvelita en el cine, primera protagonizada por alguien que no sea un actor blanco (generalmente llamado Chris) supone otro éxito, dentro de su campo, para la Casa de Ideas y Disney. La tercera cinta del director Ryan Cooglar funciona muy bien como blockbuster a casi todos los niveles; la historia (cuando llega) es interesante, el villano funciona, el protagonista funciona, los secundarios están muy bien y consigue, como por otra parte ya otras películas del Universo Cinematográfico de Marvel ya habían conseguido, presentar un mundo nuevo de forma exitosa. Wakanda mola y es interesante, y ojalá podamos pasar más tiempo en ella en las futuras secuelas.

Nada nuevo bajo el sol, Marvel ha llegado a un punto de efectividad tal que casi lo de que está bien se da por sentado. Y no es que no hayan hecho películas de estas que sean abiertamente malas aún (El increible Hulk es muy floja, Thor 1 es un aburrimiento y Thor 2 es directamente mala -y eso sin mencionar Iron Man 2). Pero llevan una racha de éxitos tan grande que parece imposible que puedan volver a fallar. Sin embargo, Pantera Negra, aunque efectiva y un poco por encima de la media, no deja de tener unos errores graves, al menos en mi modesta opinión, que empañan un poco el conjunto.

La película tarda en arrancar de verdad y llegar a su trama casi una hora, y nada de ese larguísimo primer acto aporta realmente algo fundamental de cara a la película. La persecución en Hong Kong es muy chula, sí, pero viendo como no termina teniendo casi relevancia, es algo que se podrían haber ahorrado, sobre todo porque cuando la historia llega y vemos cual es el conflicto real de la cinta y sus temas, estos resultan infinitamente más fascinantes que todo lo de más. Killmonger es uno de los mejores villanos del Universo Cinematográfico de Marvel (en el que cada vez son más los buenos). Tiene unas motivaciones claras, unas, de hecho, que no solo podemos entender, si no que como ocurría con el Buitre de Spider-Man:Homecoming, casi podemos compartir y apoyar. Pero hay ciertos detalles sobre él (que es un genio estratega y un militar excelente) que me hubiera gustado que se contasen a través de imágenes en lugar de tener al personaje de Martin Freeman escupiendo información a la cámara sin miramientos. Pero claro, es que para eso necesitaríamos minutos y no nos quedan minutos porque hemos dedicado la primera hora a unas escenas tipo James Bond o Misión:Imposible que no iban realmente a ninguna parte... ¿Veis lo que digo?

También los efectos digitales, especialmente en el climax del tercer acto, cuando la necesaria y ya tópica multitudinaria batalla tiene lugar, cantan bastante. No molestan tanto como en otras cintas del género, pero es un poco extraño que en una película con semejante presupuesto, en donde tantos otros detalles han sido mimados hasta el extremo (todo lo que rodea a como se ve Wakanda y sus habitantes está pensadísimo y mola todo), este, que es de los más importantes, se descuide de un modo tan exagerado.

Aunque tampoco quiero poner a parir mucho la película, o escribir una crítica que tenga un tono negativo, de verdad, porque, como digo, funciona la mar de bien. Su conflicto es, de lejos, el más interesante y relevante de una película de Marvel desde El Soldado de Invierno, su villano es, quizás, el segundo mejor, Pantera Negra, como personaje, es el protagonista más original que hemos tenido en 18 películas (porque no es un borde, un cachondo mental, o un buenazo que nunca se equivoca, es una persona normal y corriente) y me encanta que es la película de Marvel con más personajes femeninos potentes de todas (Shuri, Nakia y Okoye son lo puto más). La cinta funciona y me gustó mucho a pesar de sus evidentes errores. Entra sin duda en mi top 10 del MCU y es otra muestra más de como Marvel ha conseguido que me interesen muchos superhéroes que, hasta este momento, me daban bastante igual (jamás he leído un cómic de Pantera Negra, he leído cómics en los que aparecía, pero no cómics en los que él fuera el personaje titular).


Afortunadamente en este caso, no es solo que debáis ir al cine a ver la película porque es importante para el estado del cine (como pasó el año pasado con Wonder Woman) si no que es que este además es un muy buen blockbuster que funciona muchísimo mejor y resulta mucho más satisfactorio de lo que funcionó la película de Patty Jenkins.

Para terminar quiero hacer enfasis en una última idea acerca de la importancia o relevancia de esta película. Es importante que vayamos a verla para demostrar que queremos una representación más variada en nuestras películas. Porque es importante que haya una representación más variada en la cultura pop. Porque la cultura pop es muy importante, sobre todo, para la gente joven. Se que hay mucha gente que no quiere que "Las películas tengan mensajes políticos" pero es muy importante que los tengan, especialmente las que estén orientadas a un público más infantil, porque es muy probable que esto sea su primer contacto con esos temas. Y es fundamental que su primer contacto con temas más importantes provenga de algo positivo, con héroes y villanos en donde ganan los héroes siempre. Porque eso da esperanza. Y si además el personaje titular da la casualidad que se parece a ti o tiene una problemática parecida a la tuya más.

Dicho esto, Black Panther no deja de ser un multimillonario producto mega producido por una corporación que busca, por encima de todo, vender juguetes, y que cada día que pasa está más cerca de controlar toda la industria cinematográfica ella sola. No podemos olvidarnos de esto. Es importante que la película triunfe, necesitamos más cine así, pero no nos tomemos esto como el momento histórico que definitivamente no es. No nos tomemos esto como la salvación que definitivamente no es. Y no es que quiera sonar cínico, pero es que (y perdonadme por mi lenguaje) me toca los cojones un poco los dos extremos en los que se está manteniendo la conversación; el de los racistas que ven una película protagonizada enteramente por negros como algo "de diversidad forzada" y el de la gente de la mega izquierda que ve en esta película algo equivalente a lo que pasó cuando Rosa Parks decidió que ella no iba a ir en la parte de atrás del autobús nunca más.

No nos volvamos locos, por favor. Esto es una película importante. Pero no deja de ser una película.

domingo, 31 de diciembre de 2017

Contra la Pared


Se me ha ido la olla y ahora ya no me quedan días (pero sí cinco películas que cubrir), así que terminaré mi lista de "Pelis favoritas que he visto en 2017" en Enero al final. Pero bueno, siempre pasa, empiezo fuerte, con ganas (este año reforzadas por el hecho de que practicamente llevaba medio año sin escribir realmente nada) y a la mitad me encuentro con la lista de pelis que me han encantado pero sobre las que no tengo tanto que decir, bien porque A) No van realmente de nada (como pasó con la anterior) y lo que mola es más la experiencia de verlas que el hecho de lo que está en pantalla, B) Son películas que me encantaron pero que cubren temas demasiado trascendentes o son unas muestras de cinematografía tan acojonantes que me siento superado por el tema. En este caso es un poco una combinación de las dos y es que hoy toca hablar de la que quizás sea mi peli favorita de 2016: Comanchería (David Mackenzie, 2016).

La cinta, que a ratos bebe demasiado de películas de los Cohen como No es país para viejos, es un western moderno sobre dos hermanos en la ruina que optan por una vida criminal para salvar la granja de su madre antes de que se la quite el banco, mientras un ranger de texas a punto de retirarse les sigue los talones. Sin embargo la cinta aprovecha la premisa para dar un retrato completamente pesimista de la américa profunda post-crisis económica. Y es que no está siendo un buen siglo para Estados Unidos, el desencanto del sueño americano que vino tras la pérdida de la industria, solo se ha visto reforzado por una guerra eterna e inganable por el petroleo contra el terrorismo en oriente medio y una crisis económica mundial que se originó en suelo americano y que nos ha dejado a todos temblando. Los dos hermanos protagonistas, un irreconocible Chris Pine y un absolutamente brillante (para mi de las tres mejores actuaciones del año pasado) Ben Foster, surgen como dos puntos relativamente opuestos. Pine es un padre de familia divorciado al que la vida solo le ha dado palos y que se mete en la delincuencia por motivos nobles mientras que Foster es un puto loco que ve la américa moderna no tan alejada del salvajo oeste de las películas.

Más allá de eso la película resulta tremendamente efectiva. Va al grano, tanto en sus temas como su historia. Es cruda y directa y no se anda con chorradas. Y para mi es tremendamente satisfacotoria precisamente por eso. Es cine en estado puro. Sin tonterías. Y lo curioso es... que no tiene ningún sentido que sea tan buena como lo es. Su director, David Mackenzie y el director de foto, Giles Nuttgens, no habían hecho nada excesivamente relevante antes de esta película, nada que al menos indicara que podían jugar al nivel que juegan. Y su guionista, Taylor Sheridan (cuyo debút como director puede o no que aparezca en esta lista más adelante), solo había escrito otra película antes de esta, Sicario, que sí, fue aplaudida, pero es una. Además de esto ¡Chris Pine no está ridículo! ¡Lo hace de puta madre! y sí, Jeff Bridges hace el mismo papel en el que lleva estancado desde que se sacó el carnet de viejo, pero al menos en esta película parece que estaba sobrio cuando iba a rodar sus escenas.

No sé... Comanchería resonó muchísimo conmigo. Y no estoy seguro de si fue por su manera de contar la historia, dura y directa, el concepto cuasi romántico de estos dos bandidos contra el mundo, su climax, la foto o los personajes, o si quizás fue un cúmulo de todo lo de más, pero lo hizo. Y me da mucha rabia que esta es una de esas cintas de las que no hablaremos dentro de diez años, y deberíamos. El exceso de contenido en el que vivimos sumergidos hará que lamentablemente esta película, que pasó sin pena ni gloria tanto por taquilla como por el circuito de premios, se diluya de la mente colectiva. Es la típica película que cuando la ves sabes que dentro de diez años aparecerá en la lista de "Películas de la decada pasada que no has visto y deberías"

La cinta de David Mackenzie es una peli que traslada los tropos del género western a un contexto actual y relevante. Habla de problemas reales de un sector muy amplio de la sociedad, y en un momento histórico como el que vivimos, en donde los guardianes morales de twitter son excesivamente vocales con respecto a las causas perdidas por las que luchan, y en donde alzamos excesivamente cintas como Wonder Woman solo por ser una cinta de acción que pone en el foco a una mujer, o cintas como Get Out por hablar de problemáticas sociales relevantes (y por ser buena también, pero ya me entendéis), me resulta curioso que no prestemos más atención a esta peli. Porque es una peli sobre desencanto social, sobre los problemas del capitalismo extremo y un sistema económico construido para putear siempre al pez pequeño. Sobre la moral y sobre si merece la pena hacer lo correcto cuando por hacerlo lo único que vas a recibir son hostias. Y todos esos temas me parecen tremendamente relevantes.









Séptima entrega de mi lista de mejores películas que he visto por primera vez en 2017. Las críticas del resto las tenéis aquí:

viernes, 15 de diciembre de 2017

Nostalgia bien llevada.


Llevo un par de semanas sin escribir, en parte porque no he tenido tanto tiempo y en parte porque he llegado a esa parte de la lista en la que me cuesta hablar de las películas en cuestión. En el caso de la que me ocupa hoy, Estiu, 1993 (Carla Simón, 2017), es porque no sé bien qué decir más allá de "Es maravillosa, vedla".

El film cuenta como, durante el verano de 1993, Frida, de 6 años, tiene que abandonar su vida en Barcelona y todo lo que ha conocido hasta ese momento para irse a vivir con sus tíos y su prima pequeña al pueblo tras la muerte de sus padres. 

Lo que resulta más fascinante de esta película es la habilidad de Simón para caminar por la línea exacta que separa la nostalgia edulcorada y el melodrama, que es algo que podía haber ocurrido facilmente ya que la película no solo por estar basada en la infancia de la directora, si no también por narrar posiblemente el momento más duro de esta. Lo fácil hubiese sido caer o bien en una mirada excesivamente complaciente del mitoplasta del "Yo fui a EGB" o bien en el melodrama de domingo por la tarde. No es el caso y la película recrea la atmosfera de los veranos en el pueblo con un nivel de honestidad que no soy capaz de tener yo mismo con mis propios recuerdos.

En ese aspecto de veracidad, hay que destacar la increible labor de su jóven protagonista, Laia Artigas, asombrosamente natural para su corta edad, que consigue sostener la película sobre sus hombros como una veterana. Su Frida resulta creible y real, y es gracias a eso que el tono general termina de funcionar. Porque toda la película está contada desde sus ojos, y como los ojos de cualquier niño, son unos ojos que no entienden del todo qué es lo que ocurre y que descubren lo que pasa a base de espiar conversaciones a medias y atar cabos. Por no hablar de que su adaptación a esta nueva realidad en la que le toca vivir es creible y cualquiera puede verse reflejado en ella. No hay que olvidar el trabajo de los dos actores adultos principales, David Verdaguer y Bruna Cusí (ambos merecidamente nominados al Goya), maravillosos en su papel de tíos que tienen que adaptarse también al nuevo statu quo.

En general Estiu, 1993 es una cinta curiosa, diferente y fabulosa que funciona a todos los niveles. Una pequeña gran película maravillosa que todos deberíais ver si tenéis la oportunidad. Ya siento que la crítica sea tan breve, pero es que no sé que más añadir. Id a verla, o buscadla o lo que sea, pero vedla. Cintas así hay pocas y necesitan atención.










Esta es la sexta película en mi lista de "las mejores que he visto por primera vez en 20017", aquí dejo la lista con el resto: