domingo, 31 de julio de 2016

Punks VS Neonazis



Green Room es la nueva The Guest. Es una película que no inventa nada, un slasher corriente y moliente, que consigue hacer las cosas lo suficientemente bien para destacar lejos de lo mediocre que podría haber sido. Como The Guest, es una película que no ha visto prácticamente nadie (está 98 en el ranking de este año). Y como The Guest, es una película que está llamada a ser de culto.

La premisa es bien sencilla. Un grupo punk de quinta termina aceptando un bolo a la fuerza en un bar neonazi. El plan es entrar, tocar, cobrar y salir, pero por una serie de circunstancias terminan viendo algo que no deberían y convirtiéndose en las presas de los habituales del bar y su dueño, un líder neonazi interpretado por Patrick Stewart, que consigue sacar oro de lo que no es más que un cameo.

En las cosas buenas tenemos un tono maravilloso, crudo, gore, salvaje y tenso. El retrato de la banda, aunque estereotipado (pero ahora hablamos de eso) es un retrato relativamente sincero. Desde la primera escena se nos construye quienes son estos personajes, un grupo de perdedores sin dinero que van de bolo en bolo intentando hacer el punk más auténtico que pueden. Patrick Stewart, aunque no tiene NADA (porque literalmente no tiene nada) con lo que trabajar, consigue sacar oro de algo muy estereotipado, y la historia va como un tiro. Habrá quienes critiquen que, tal vez, jamás se indague en muchos de los asuntos que plantea (sobre todo en lo referente a los malos), pero es completamente comprensible porque, y esto es importante, no es esa película la que está intentando contar su director.

Estos personajes se ven de lleno arrastrados a una historia que ya va por la mitad. Una trama de traiciones, bandas criminales y cárteles de droga, de la que nuestros protagonistas (que son el punto de vista desde el que nosotros experimentamos la historia) no son protagonistas. Entran de lleno en ella y solo quieren salir lo antes posible. Que no sepamos nada del personaje de Imogen Poots tiene sentido porque, como todos los de más personajes (que no son los protagonistas) es parte de una historia que no tiene nada que ver con esta. Y al menos para mi funciona.

Sin embargo no todo es bueno. La película no dedica el tiempo suficiente a sus protagonistas para que lleguemos a conocerlos y nos importen lo suficiente. Este probablemente sea el problema más grave de la película (quizás el único real que tiene), que se rinde al peor cliché del género presentando a unos protagonistas estereotipados que no tienen más personalidad más allá del tropo del género que representan. Se definen rápido y de forma perfecta (esa primera escena en el coche, dice muchísimo de ellos) pero nunca se indaga en quienes son o por qué deberían importarnos. También es verdad que el ritmo frenético y la corta duración de la cinta no ayudan a que nos tomemos siquiera un segundo para conocerlos. Antes de que sepamos quienes son ya están en medio del jaleo.

Ahora hablemos del elefante en la habitación; Anton Yelchin era uno de esos actores que siempre estaba bien en todo lo que hacía. Y aquí no decepciona. Es una pena lo de este chico. Era, para mi, uno de los mejores interpretes de su generación, y nunca tuvo ese gran papel que lo destacase y por el que el gran público lo fuera a recordar. Me da mucha rabia eso, es otra persona con talento que vivió y murió en el olvido. No habrá ningún rapero que le dedique una canción que gane un premio MTV, y el mundo no se conmocionará por su muerte prematura. Pero supongo que es porque no era el protagonista sexy de una franquicia multimillonaria de coches tuneados. Pero qué sabré yo. En esta película Yelchin está magnífico. Como siempre estaba.

En general, Green Room es como un buen tema punk. Es ruidosa, salvaje, breve y no inventa nada pero toca las teclas correctas para ponerte a mil.

Una pequeña cinta muy recomendable.

viernes, 29 de julio de 2016

La cazadora.



Under the Skin es una película cuya trama no quiero describir por si no habéis visto ni habéis leído nada sobre ella. Creo que explicar de que va la película es contraproducente en este caso, porque es clara la intención del director de que su película resulte perturbadora y confusa, mostrándote lo suficiente para que entiendas qué está pasando sin terminar de entenderlo todo.

Iba a decir que es artística, pero odio usar la palabra artística para describir una película. Generalmente porque aceptar que hay películas artísticas supone aceptar también que hay películas que no lo son, y aunque estoy completamente de acuerdo con esa afirmación, el apelativo artístico se usa para una minoría selecta, descartando como posibles obras de arte todas las demás. Generalmente el adjetivo se aplica a cintas como esta, que no cuentan su historia en el sentido más tradicional, y resultan confusas y extrañas y requieren que el espectador rellene ciertos huecos, y ya. Con lo que auténticas obras de arte como El Padrino quedan por descarte fuera de esa categoría superior. Como si no fuesen obras de arte solo por el hecho de contar cosas de manera tradicional. Es como descartar cuadros de Velázquez solo porque son figurativos.

Y tampoco me gusta cuando artístico se utiliza como eufemismo de pretencioso, en un sentido completamente vejatorio. Porque proviene de la ignorancia del que mira, como todos aquellos que insultan el arte moderno sin haber intentado jamás comprenderlo.

Pero estoy desvariando mucho... lo que quiero decir es que Under The Skin es una película rara. Rara en su realización y en su narrativa, porque gran parte de la historia se cuenta a través de cámaras ocultas y con gente que ni siquiera sabía que estaba en la cinta, además de a través de metáforas visuales y sin apenas diálogo. Pero lejos de, como me pasó con Sólo Dios Perdona, parecerme un coñazo horrible, la verdad es que me pareció interesante. O curiosa como mínimo. No voy a mentir tampoco y decir que no hubo partes que me aburrieron, porque hubo bastantes partes que me aburrieron, pero los momentos interesantes, especialmente el primer acto y el final, me resultaron fascinantes.

Porque es lenta y no hay diálogos y no pasa gran cosa en ella... pero el modo en el que la historia va fluyendo es genial. Somos tan espectadores del mundo que rodea a Scarlett Johansson como ella, y atendemos a todos los momentos como un espía. Esto se refuerza tanto a través del uso de cámaras ocultas como de planos muy alejados, que refuerzan el concepto de espectador, convirtiéndonos en casi voyeurs de lo que está ocurriendo, algo que ayuda, junto con la tremenda banda sonora, a darle este aura perturbadora a la película. Esa sensación de que algo está jodidamente roto en las imágenes que estás viendo, incluso aunque hasta la primera vez que entran en la sala negra no puedas señalar exactamente qué es (y después de eso tampoco es que tengas una idea muy clara de lo que está pasando, la verdad).

He leído explicaciones de la película que hablan de cómo Under The Skin hace una exploración de lo que supone la belleza en el mundo moderno, y que resulta una crítica de como solo la apariencia exterior nos parece importante hoy en día... y no sé... tal vez sea verdad, pero yo desde luego no entendí nada de eso. Pero es una cinta que espera que seas tú quien rellene los huecos, así que si alguien los quiere rellenar así, me parece muy respetable. Para mi la historia es bastante directa y no tiene mucho comentario acerca de nada... pero es lo que yo vi (y no soy de los que suelen enterarse de estas mierdas).

En general la película es una demostración genial de narrativa visual y de cómo se puede contar una historia exclusivamente a través de imágenes. Es fácil comprender qué es lo que piensa en cada momento el personaje de Scarlett Johansson, incluso aunque pase más de tres cuartos de película sin abrir la boca, solo por su interpretación y las cosas que ocurren a su alrededor. No necesita contarte todos los detalles, ni decirte abiertamente que es lo que ocurre en diálogos expositivos, es una película que espera que tú seas lo suficientemente inteligente para rellenar los huecos que faltan y comprenderla. Evidentemente como el arte moderno, no es para todo el mundo. Pero yo le daría una oportunidad, a mi estas películas no me suelen gustar un puto pelo y esta, sin parecerme una obra maestra ni nada, me gustó bastante y es algo que recomendaría.


Así que quién sabe. Igual la veis y os encanta.


O igual la veis y os parece de una pedantería de asustar.

Cualquiera de las dos podría pasar, la verdad. Pero yo le daría una oportunidad, aunque solo sea para que veáis algo completamente diferente.

lunes, 25 de julio de 2016

Mi X-Men 2 (primera parte: La crítica)


Me ha costado mucho ponerme en serio a hacer esto. Y con mucho quiero decir mucho. Varios intentos de sentarme, ver la película, sentarme otra vez, intentar esta vez sí terminarla, y luego varios de escribir entradas y pensar en el enfoque.

Y mi conclusión final es que el mayor problema a la hora de hablar de esta película, es que no es una mala película. Se ha quedado vieja, y para el estado en el que está el subgénero a día de hoy, sí, es una mala película. Pero si me retrotraigo al año 2003 y las películas que se estaban haciendo entonces, X-Men 2 es la mejor película que podía haber sido. Porque esta película salió un año después de Spider-Man pero cinco antes de que Iron Man y El Caballero Oscuro diesen el último empujón al subgénero (cada una a su manera), por no hablar de que era una secuela. Y en ese contexto, esta es la mejor película que se podía haber pedido.

Ahora bien, ¿es una buena película? ¿es un film atemporal que seguiremos recomendando dentro de tres décadas? No. Por supuesto que no, nada de esta época es así. Con suerte, después de Homecoming, ni siquiera seguiremos recomendando las Spider-Man de Raimi en unos años. Pero eso no hace que en su contexto histórico particular y bajo sus circunstancias, esta sea una mala película. Y juega muy en mi contra a la hora de plantearme los cambios, porque todos los que haría, son cambios para los que no está preparado el subgénero. Porque esta película es una adaptación muy descafeinada de una de las mejores novelas gráficas (porque esta sí es una novela gráfica, no como Watchmen) protagonizadas por la Imposible Patrulla-X; "Dios ama, el hombre mata", que aunque medio respeta los elementos principales de aquella historia (con el villano y el uso que quiere darle al profesor, los lavados de cerebro, la ayudante mutante, etc) decide no mirar a los elementos más controvertidos de la obra (Stryker deja de ser un cura católico en una cruzada completamente xenófoba y pro-humana que en las primeras páginas mata a dos niños, para ser un militar que utiliza a mutantes como armas) y simplifica muchos otros (como la relación entre Magneto y los X-men).

Es una versión más tonta de ese cómic, pero porque ese cómic no se podría haber adaptado tal cual a la gran pantalla entonces (y dudo que se pudiese ahora, si soy completamente sincero). También la condena que sustituye los temas, mucho más relacionados en la segregación racial en la obra original, por las taras personales de su director, que utiliza el odio mutante como una metáfora de los homosexuales (en la lamentable escena de los padres de Bobby). Una metáfora que si bien también ha sido utilizada en los cómics y funciona bien ahí, aquí está tratada de forma gruesa y poco sutil. La otra cosa que termina, para mi, de condenar la película, es que aunque Singer intenta dar algo más que hacer a gente como Tormenta o Cíclope, su filia por el canadiense de las garras sigue siendo tan grande que la cinta termina siendo Lobezno-céntrica (por más que se empeñe en volver a usar el recurso de "parece que el malo busca a Logan y al final no", el hecho es que conectar el pasado de Logan a Stryker y ubicar la pelea final en Arma-X resta relevancia al villano). Pero siendo justos, muchos de estos problemas son cosas que arrastra más por ser una secuela que otra cosa.

He separado esta entrada en dos partes porque sentía la necesidad de explicarme antes de contaros como iba a ser mi película. Porque debido a las cosas arriba mencionadas, la versión que voy a describiros de la película es una cinta que poco o nada va a tener que ver con lo que se pudo ver en cines en 2003. Lo he estado pensando mucho y siento que no puedo andarme con medias tintas con esta película, o lo cambio todo, o no cambio nada. Y tengo que hacer lo primero.

En breves os cuento como hubiese sido mi versión de la película, si viajase en el tiempo y me pusiese a trabajar en Fox.

viernes, 22 de julio de 2016

Sin Complejos.



Si no estás haciendo algo bueno, por lo menos, sé consciente de ello.

Eso es lo que hace Orphan Black y el motivo por el que sigo viendo la serie a pesar de que, realmente, es una serie muy muy mala. Pero como le ocurría, salvando las distancias porque la del señor del tiempo es una buena serie, a Doctor Who durante las etapas del noveno y el décimo Doctor (y dejó de ocurrirle a partir de Matt Smith y por eso yo ya no veo la serie) es una serie plenamente consciente de lo que es y, en lugar de avergonzarse e intentar ser otra cosa, va con todo.

Orphan Black es una serie sobre conspiraciones, ciencia loca y clones. Es una serie que además ha conseguido, temporada a temporada, volverse cada vez más loca. Lo que empezó como la búsqueda de la verdad por parte de cuatro clones, en donde el villano era una malvada corporación genetista se ha convertido en una serie con nanomáquinas, organizaciones secretas dentro de organizaciones secretas, hombres centenarios y una conspiración que lleva existiendo un siglo, y es maravillosa por ello. Como los mejores culebrones, Orphan Black no busca tener sentido, ser profunda o aportar algún tipo de arte, busca tener el mayor número de giros posibles por temporada para que no dejes de verla, si esos giros tienen o no lógica es secundario, lo importante es que te quedes con cara de asombro.

Admiro mucho esa falta de complejos que tiene la serie, es autoconsciencia de lo que es, una serie en donde nada de lo que ocurre tiene que tener una importancia o una relevancia o siquiera un sentido, más allá del de mantenerte pegado a la pantalla. Pero nunca llega a pasarse, nunca cae en la autoparodia ni resulta forzosa. Y eso, esa libertad absoluta para hacer lo que les de la gana con las tramas sin ningún tipo de complejo y sin llegar jamás a caer en la autoparodia, esa facilidad con la que camina en el filo del bochorno es lo que la hace tan maravillosa. No buena, porque buena no es, pero si es, a su manera particular, maravillosa.

Tampoco hay que menospreciar la labor de Tatiana Maslany, que sostiene la serie casi sobre sus hombros, interpretando a cada vez más personajes y dando suficientes matices a cada una de las "hermanas" para hacerlas únicas. Puede haber clones que te caigan mejor o peor (la peor es Sarah sin duda -porque no puede ser más sosa) pero no es culpa de la interpretación de la actriz, si no de su personaje. Maslany lo da todo en cada episodio y está magnífica.

No debería, porque no es buena, pero os recomiendo fuerte Orphan Black.

miércoles, 13 de julio de 2016

¿Qué hace buena una película?


Una de las expresiones que más odio es la de "cumple con su función de entretener" para justificar mediocridades. Lo he hablado alguna vez con más detalle en el blog, y es una cosa con la que estoy en contra. Si algo es mediocre, es mediocre, así sea divertido. Sin embargo hoy me encuentro con muchas ganas de usar esa frase que tanto odio para hablar de la película "Dirty Grandpa".

Dirty Grandpa no es una buena película. No lo es. El humor es zafio, la dirección no es nada destacable, el guión es previsible... y, sí, los actores están bien, pero tío, es De Niro, es el jodido Robert De Niro, una jodida leyenda viva ¡Por supuesto que está bien! ¡Esta es una película que debería poder hacer dormido! Y sin embargo... yo me he reído. Mucho más de lo que esperaba, la verdad. Y si el objetivo de una comedia es hacerme reir... ¿Puedo decir que es una "mala película" si cumple su cometido? ¿Estoy entrando en el terreno pretencioso al decirlo?

Siento que últimamente estoy siendo muy benevolente con las películas que veo. O bueno... no. Estoy siendo muy benevolente con las comedias que veo. Ya me pasó con Mr.Right, una comedia de acción de la que hablé en el blog que era, como mucho, mediocre, pero que a mi me hizo gracia y la puse bien. Y con esta Dirty Grandpa me encuentro tentado a hacer lo mismo. Porque no es buena pero es que joder, me he reído ¡Qué le voy a hacer! Aunque también es verdad que la comedia es el género al que probablemente menos le exija. Y eso que soy un purista de los clásicos, mis comedias favoritas son El sentido de la vida y Una noche en la ópera. Mis cómicos favoritos (sin contar a los Monty Python); Carlin y Hicks. Y mis series de comedia televisiva favoritas son Seinfeld y Daria. Soy una persona, al menos en teoría, "exigente". Pero es que esta película es tan inofensiva que me sabe mal ponerla a parir. 

Podría, como he visto a otros críticos hacer, destriparla. Decir que no tiene ningún sentido y que es una película en la que todo gira mucho más en torno al chiste que a la trama. Que es una historia que has visto mil millones de veces y en la que las cosas que sabes que van a pasar a los cinco minutos pasan exactamente como piensas que van a pasar. Y podría hacerlo porque la película en sí no es buena. Pero yo que sé, joder. Tiene a Aubrey Plaza haciendo de Aubrey Plaza, a De Niro diciendo tantos tacos como cuando trabajaba con Scorsesse y algún personaje secundario muy rescatable. Y soy un tipo básico a veces. Y me río con esas cosas.

Por resumir... Dirty Grandpa es una comedia de domingo de resaca.

Si eso os merece la pena o no ya es cosa vuestra.