martes, 21 de abril de 2015

El hombre sin miedo.


Las adaptaciones de cómics, al menos en lo que respecta a las adaptaciones de imagen real, en televisión han estado bastante mal todas, la verdad. No me voy a hacer el loco ahora y decir que no me tragaba Lois y Clark ni Smallville, o que no veo ahora Arrow o Flash, pero a pesar de verlas no tengo reparo en reconocer que son unas series bastante de mierda. Y porque iba a ser de otra manera ¿no? al final el presupuesto televisivo es el que es, y las empresas que deciden arriesgarse y apostar por personajes de tebeo no son nunca las productoras con más dinero. Nunca verás una serie de Superman en HBO, ni una serie sobre El Castigador en AMC. No, por supuesto que no.

Y así nos va, que tenemos series hechas en cadenas de segunda por showrunners a los que les da igual todo. El archienemigo de Arrow y Flash es su cadena, CW, no os engañéis. Son ellos los que fuerzan el culebrón adolescente en esas series. Sí, en los cómics siempre ha existido, es verdad, pero ni de coña ha tenido nunca tanta importancia ni ha sido tan loco. Pero viene de la cadena que nos trajo Pequeñas Mentirosas y Gossip Girl ¿Qué esperabais? Los fans tenemos que conformarnos. Ver The Flash como algo bueno y decir cosas como "bueno, a ver, para el presupuesto con el que trabajan está bastante bien" en lugar de criticar las obvias decisiones equivocadas que hace la serie. Porque nunca habrá nada mejor y es mejor esto que nada.

¿O no?

Hace un año se anunció que Marvel había apalabrado cuatro series con Netflix. Cuatro que se juntarían en una quinta al estilo Vengadores. Su idea era aprovechar la televisión para contar las historias de sus héroes locales, sus vigilantes, esos que en lugar de amenazas cósmicas se enfrentan a gangster y matones. Y hace apenas 11 días lanzaron la primera, Daredevil, y los fans aprendimos que las cosas, en efecto, podían ser de otra manera.

Daredevil está lejos de ser una serie perfecta. A pesar de ser tan breve pincha y se pierde un poco a la mitad y durante dos o tres capítulos vaga un poco sin rumbo. Además no todas sus historias son igual de interesantes, ni todos sus actores igual de buenos. Personalmente, el personaje de la secretaria me pareció muy molesto y su historia (salvo en momentos puntuales) tampoco me interesó tanto. Pero es que comparado con lo que hemos visto hasta ahora, comparado con el nivel al que se jugaba hasta este momento, esta serie es The Wire.

La serie de Netflix aprovecha su primera temporada para narrar dos origenes. Por un lado el del llamado "Hombre sin miedo" y por otro el de su archienemigo, Wilson Fisk, y su transformación en el monstruo criminal que conocemos de los cómics. Y es un acierto y una novedad que un producto de superhéroes en la pequeña pantalla, y más aún uno de Marvel (que sabemos que no es muy dada a trabajar sus villanos por desgracia) dedique tantos minutos al enemigo. No humaniza pero si ayuda a comprender que hay detrás de esa mole calva. Que es lo que le mueve y porque es como es. El viaje de los dos rivales es igual de interesante y funciona igual de bien, y eso no podría ser así sin el trabajo de los actores que los interpretan. Vincent D'Onofrio borda un Kingpin atípico, que se nos presenta como alguien humano y relativamente vulnerable en continuo conflicto consigo mismo y el monstruo que lleva en su interior, mientras que Charlie Cox clava a un Matt Murdock primerizo que lucha consigo mismo por aplacar al demonio que tiene dentro.

A ellos les acompaña una envidiable ristra de personajes secundarios, Elden Helson tiene muchisima química con Cox y su amistad resulta de lo más creíble, Rosario Dawson, aunque su personaje queda un poco desaprovechado, está también muy bien, igual que Ayelet Zurer como la extraña Vanessa (uno de los mejores personajes) y Vondie Curtis-Hall como Ben Urich. Por fin tenemos una serie de superhéroes con actores de verdad y no modelos de Abercrombie intentando leer frases cual simios amaestrados.

Pero nada de esto importaría si la acción no funcionase, y vaya si funciona. Netflix no tiene restricciones de edad y Marvel se aprovecha de ello en cada puñetazo que da (y recibe -porque vaya si recibe) Daredevil. Huesos rotos, sangre por todas partes... y todo con unas coreografías fantásticas y un trabajo de cámara espectacular. Solo la escena del pasillo del segundo episodio ya tiene más calidad y está mejor pensada que nada de lo que ha hecho CW en tres años. Y hay varios momentos así.

A pesar de todo, como he dicho, Daredevil no es una serie perfecta y a la mitad pincha. Remonta un poco al final y sus dos o tres últimos episodios son muy buenos, pero tiene un bajón de ritmo demasiado grande tras la pelea con Nobu. Es muy valiente lo que intentan en esos episodios (son episodios en los que Matt apenas se pone el traje y en los que la serie aprovecha para desarrollar a sus personajes y esas cosas) pero el bajón de ritmo es demasiado repentino y pronunciado como para que no lo contemos como "malo". Pero es una cosa. Un pequeño fallito que lo aleja de la perfección y de la calidad de las grandes series de la historia. Sigue siendo, a pesar de eso, el Caballero Oscuro de la televisión.

Tengo muchas ganas de ver que hacen con Jessica Jones, sobre todo porque el villano de esa va a ser El Doctor.

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