lunes, 9 de febrero de 2015

CINE: Whiplash (2014)

No existen en nuestro idioma dos palabras más dañinas que "buen trabajo"
-Terence Fletcher-


(va a haber SPOILERS -no podía hablar de esta película sin ellos- así que antes de leer la crítica, si no habéis visto la película, corred al cine. Porque es una de las mejores pelis del año pasado)

Es dificil hablar de Whiplash.

Sobre todo porque yo he entendido la película de un modo diferente al que parecen haberla entendido los de más, que siguen hablando de "duelo psicológico" y de Fletcher como el villano. Yo no lo vi así, para mi todo ocurre porque el protagonista quiere que ocurra, sus enemigos son todos los de más. Para mi la película no presenta a J.K Simmons como un monstruo, no es el Darth Vader de nuestro Luke Skywalker, es su Obi-Wan Kenobi. Ambos personajes quieren lo mismo y están buscando lo mismo. Al menos así es como yo entendí la película.

Es un mensaje muy jodido el que yo saqué de esta película. Al final yo entendí que el fin justifica los medios. Cada abuso, cada golpe, cada insulto, están justificando esa escena final. Están llevando al protagonista a ser la persona que es al final, que es lo que ambos, profesor y alumno, estaban buscando desde el primer momento, que Andrew se convierta en el siguiente grande del Jazz.

Me parece un mensaje valiente. Altamente jodido, pero muy valiente.

Al final la película me pareció una crítica a la situación mundial, a como el buenrollismo de la corrección  política nos ha ablandado, y como no se puede alcanzar la perfección en un mundo que te da palmadas en la espalda y te aplaude si llegas a mediocre. No existe el sacrificio y sin sacrificio no puede existir la pasión, y sin pasión no se puede llegar a ningún lado. El personaje de Simmons es un hombre pesimista que ve el mundo así y decide intentar cambiarlo. Y la película le justifica y le da la razón constantemente. Todos los que van en contra de Simmons son los enemigos del protagonista, su padre, por ejemplo, se nos presenta como el adalid de la mediocridad, un tipo que se conforma con pasar tardes en el cine con su hijo, que no ha llegado a nada y no parece aspirar a hacerlo algún día. Es un escritor que no escribe, un tipo que ha renunciado a su pasión artística, en pos de una vida tranquila y normal. ¿Su novia? Tres cuartos de lo mismo, alguien que aún no tiene claro que quiere ser en la vida y no parece preocupada por descubrir que es a lo que quiere llegar.

Andrew por otro lado tiene un objetivo claro, ser el mejor, y el otro personaje que parece tenerlo igual de claro es Fletcher. Son los dos únicos que aún luchan por la excelencia en un mundo conformista y mediocre, y esa explosiva escena final es la prueba de que ambos tenían razón. Al final no queremos que Andrew se vuelva a sentar en la batería (después de la jugada final de Fletcher en el clímax) para que derrote a su maestro, si no porque no queremos que este gane así. Si Andrew le demuestra que es el mejor los dos ganan, si Andrew se marcha todo el mundo pierde.

Al final lo que te está intentando decir la película es que las hostias curten. Es que sangrar es bueno.

Y es jodido eso. Muy valiente, sí, pero muy jodido.

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