miércoles, 30 de marzo de 2016

George Orwell por las Wachowski

Es tan puto crema que no solo dispara a oscuras y hacia atrás si no que lo hace con los ojos cerrados.
Dejé mi proyecto de ver una de mis pendientes al día (evidentemente) pero eso no quiere decir que lo haya dejado del todo. Sigo en mis trece de que cada película que me ponga en casa tiene que salir de "Mi lista" de Netflix solo que no voy a ver una cada día (porque hay mucho drama y película de culto que son una puta pereza la mitad del tiempo). Tengo aún así pendientes las críticas de películas como Serpico y Coraline así como también mi comentario del Mass Effect 3, pero como soy un desastre terminando cosas, vamos a dejar eso un poco de lado para centrarnos en la película que nos enseña que hubiese pasado si las hermanas Wachowski (que en aquel momento aún serían los hermanos y todavía se me hace raro escribir sobre ellas en femenino) hubiesen dirigido 1984, o lo que es lo mismo, vamos a hablar de esa desconocida película llamada Equilibrium (Kurt Wimmer, 2002).

A principios de siglo el cine de acción abandonó el sudor y la gasolina por, creo yo, dos corrientes fundamentales, por un lado lo que me gusta llamar "el cine cani", surgido (a pesar de que existen películas previas) mayormente a partir del inesperado éxito de A Todo Gas, y sobre el que no voy a hablar demasiado porque algún día me atreveré a hacer una retrospectiva sobre el tema (insisto, soy un puto desastre terminando cosas), y por otro, el cine que popularizó (aunque realmente tampoco inventó) Matrix, que gastaba una estética particular, influida sobre todo por el latex, los movimientos de kung fu y las coreografías de acción imposibles. No fueron los primeros ni los únicos en estar haciendo eso, pero Matrix es sin duda la más influyente.

La película que nos ocupa hoy forma parte de esa tendencia, siendo, como suele ocurrir con las copias baratas de la cinta de las Wachowski, una cosa bastante olvidable. Equilibrium plantea un futuro distópico en la que los sentimientos han sido prohibidos en pos de la paz mundial (porque sin sentimiento no hay conflicto). La sociedad consume diariamente una droga que suprime sus emociones y contra los insurgentes existe un cuerpo especial de policía formado por una suerte de curas kung fu llamado Los Clérigos. Christian Bale post-American Psycho pero pre-Batman (es decir, cuando era popular, pero todavía no era "el nuevo Hugh Jackman") es uno de estos clérigos que, por una serie de circunstancias comienza a sentir y... bueno, pues te imaginas ya como va la película y la cosa va exactamente así.

Estéticamente influenciada mayormente por 1984 y la mentada Matrix, la película del director de Ultravioleta es un batiburrillo mediocre que quiere ser muchas cosas sin llegar a ser en ningún momento nada. Quiere ser una película con mensaje (una crítica relativamente evidente a la religión en general y la católica en particular) pero fracasa porque es demasiado idiota. Su universo, como ocurre en cintas posteriores con premisas similares como Divergente es un absurdo continuo, con una historia que plagia elementos de otras mucho mejores como Demolition Man, eliminando cualquier atisbo de humor y la mala leche que aquella mostraba. Es, en definitiva, una cinta que se toma demasiado en serio a si misma, y es que si tienes como protagonista de una cinta con una premisa tan idiota a un cura pistolero que dispara como Dante de Devil May Cry, lo mínimo que puedes aportar para hacer la cosa un poco más llevadera es unas risas (y no las involuntarias risas que genera algo tan jodidamente ridículo como el Gun-Kata)

PERO, eso lo dice mi yo de ahora, mi yo de 26 años. Mi yo más maduro y menos flipado. Porque si tengo que ser absolutamente sincero, si hubiese visto esta película en su día, la verdad es que me hubiese flipado. El vengador religioso, tanto si lo era por iconología (como Neo o el de esta película) como por cosas más directas (bien porque se enfrentaban a demonios o en pequeñas cosas como el francotirador de Salvar al Soldado Ryan), siento que fue un arquetipo que en aquella época era sorprendentemente habitual y tenía esa sensación de molar mazo, como los abrigos negros largos y las gafas de sol, que con los años se ha ido perdiendo. Supongo que debería estar agradecido de que se haya perdido, pero era una cosa que, al menos siento yo, existía entonces. Esa, entre otras razones, hubiese hecho que esta película reventase mi mente de niño de 13 años.

No quiero decir con esto que la cinta no sea una puta basura, que lo es, quiero decir que si la miro desde esa perspectiva, si intento retrotraerme a mi pre-adolescencia, puedo ver el poco atractivo que semejante producto puede tener, de la misma manera que puedo ver porque Underworld produjo tres secuelas. Definitivamente no es una cinta que merezca la pena, y si de lo que tenéis ganas es de películas sobre futuros distópicos o post-apocalipsis en general, tenéis productos muchísimo mejores como Snowpiercer, Demolition Man (que se ha vuelto sorprendéntemente relevante con los años), Gattaca y un largo etc de cosas que merecen más vuestro tiempo que esto. Si tengo que destacar algo es que no está horriblemente dirigida, la estética, a pesar de plagiar casi todo, es relativamente interesante y que es relativamente corta. Quiero decir, si la comparo con otros intentos fallidos de blockbuster de la época como Operación Swordfish o Torque no está TAN mal.

Y por cierto, si os sentís masocas y os veis con ganas, podéis hacer una sesión doble con la temática "todos tenemos un pasado, edición Christian Bale" con esta y la cinta post-apocalíptica El imperio del fuego




¿Por qué hago crítica de una mierda tan irrelevante como esta si no la vais a ver y no le importa a nadie? Pues porque acabo de gastar 1 hora y 47 minutos de mi vida en eso y necesito despotricar en algún sitio.

Además, qué cojones, ¡Si esto no lo lee nadie! ¡Qué más da de que escriba!

1 comentario:

  1. Pues, escribes bien, pero recuerda que es una pelicula para recrear y no para pasar a la historia como otro Gone with the wind. Ir a cine muchas veces es para disfrutar y pasar de las peliculas que son olvidables y no para estresarse por eso.

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