martes, 30 de agosto de 2016

El viaje increible... pero con pistolas


Algunos os acordaréis (imagino) de una película familiar que hizo Disney en 1993 llamada De vuelta a casa: Un viaje increíble, remake de una película treinta años más antigua llamada simplemente El viaje increíble. Ambas películas seguían a tres mascotas (dos perros y un gato) que, alejados de su familia, decidían emprender el viaje de vuelta a sus dueños (de ahí el título). La película consistía en filmaciones de los tres animales caminando por el bosque mientras hablaban con voces en off haciendo chistes e intentando vagamente hilar todo. Es una película infame que recuerdo odiar de niño (nunca fui de esos niños que veían un perro y se emocionaban -entre otras cosas porque me mordió uno de muy niño y siempre he medio odiado a los perros), pero que recuerdo haber visto más de una vez en cumpleaños de gente y cosas así.

El caso es que once años después de aquello, dos putos escoceses enajenados mentales que forman uno de los equipos creativos más potentes del cómic moderno; Grant Morrison y Frank Quitely decidieron hacer lo que creo que a todas luces es un remake encubierto y ultraviolento de esa historia en la miniserie We3.

La miniserie sigue a tres animales, un gato, un perro y un conejo, que han sido modificados genéticamente por el gobierno y transformados en armas que escapan de un destino cruel y despiadado y emprenden un viaje a lo largo de los tres números de vuelta a casa, mientras se enfrentan a todo el ejército de los EEUU que quiere ejecutarlos por haber cortado el programa. Es, a todas luces, una idea loquísima y, siendo sinceros, bastante idiota, que en manos menos expertas no dejaría de ser una chorrada sin importancia. Sin embargo es un cómic hecho por los creadores de All-Star Superman (uno de los mejores tebeos del personaje de todos los tiempos), JLA:Tierra 2 y Nuevos X-Men (una de las mejores etapas de la patrulla-x de todos los tiempos) así que lo que podría terminar siendo intrascendente se convierte en material de estudio.

No puedo decir mucho de Grant Morrison porque lo cierto es que para sus idas de olla habituales y sus temas más serios, este es un cómic bastante vago. No hay nada demasiado destacable en cuanto a guión, más allá de la deconstrucción del lenguaje que hace con los animales (que tampoco es nada espectacular) o la mera idea del tebeo, no es, ni de lejos, su mejor trabajo. Si tuviese que destacar algo de su trabajo aquí es cómo consigue dar personalidad a los personajes y presentar ciertos conflictos internos (especialmente en el perro) con muy muy poco. Sin embargo, quizás sí que sea el mejor (o si no uno de los tres mejores) trabajos de su dibujante estrella, Frank Quitely, que se luce en cada puta página del tebeo demostrando porque es para mi uno de los tres, si no el mejor, narrador de cómic moderno.

Centrándonos en el aspecto visual del tebeo, en la narración y en la composición de sus páginas, la acción y todo eso, Frank Quitely da en casi todas las páginas una master class de cómo hacer cómic. Si estáis pensando en dedicaros a esto, si vuestro sueño es contar historias a través de las viñetas, esta colección es material de estudio. Esta miniserie debería convertirse desde YA en una de vuestras biblias personales.

Es curioso lo de Quitely, porque si uno ve sus trabajos antiguos, como el mencionado Tierra 2 o los breves números que hizo junto a Mark Millar en Authority, son cómics efectivos, que funcionan pero que salvo momentos puntuales tampoco destacan. Su arte es curioso y único y su diseño de personajes inconfundible, sí, pero no lo tildaría de tanto si no fuese por sus posteriores trabajos. En este caso, por ejemplo, quizás sea la cosa más increíble que le he leído.

Podría destacar millones de momentos de estos tres números, como la secuencia que abre el primer tebeo, la huída narrada a través de cámaras de seguridad, los momentos en los que los animales se enfrentan a los humanos (y el tiempo se ralentiza para ellos porque perciben todo más deprisa que los humanos)... es absolutamente brillante. Un genio como hay pocos.

Es, en definitiva, una pequeña joya que quizás solo no sea apta para aquellos que son demasiado animalistas (porque hay varias escenas de crueldad animal bastante gráficas que quizás sean demasiado para estómagos sensibles). Pero que creo, de corazón, debería ser material de estudio en todas las academias de dibujo.

En serio, mierda muy genial esta miniserie. Hacía muchísimo que no leía una obra tan inspiradora y que me invita a querer probar cosas nuevas y dibujar.

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