domingo, 14 de febrero de 2016

03- ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú (1964)

"Gentlemen, you can't fight in here! This is the War Room!!"
Los últimos cuatro días no he podido ver ninguna película. Del Miercoles al Viernes apenas pasé por casa tiempo suficiente para ver nada y ayer... ayer me daba mucha pereza, la verdad.

Pero hoy sí, y hoy he visto otro clásico pendiente (tranquilos, no todo son clásicos en mi lista de pendientes de Netflix), la película de Stanley Kubrick "Doctor Strangelove or: How I learned to stop worrying and love the bomb", que en España se llamó "¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú". Una comedia satírica sobre la paranoia de la guerra fría, que sigue los últimos instantes de la humanidad después de que un general estadounidense ponga en marcha un plan para hacer estallar una guerra nuclear.

Es maravillosa, y sí, tal vez esté un poco desfasada, no solo por su contexto si no por su desarrollo, pero creo que sigue siendo una definición muy acertada de temas aplicables al día de hoy como los peligros del miedo o lo absurdo de la burocracia internacional. En el fondo en esta película el mundo llega a su fin debido a un desliz burocrático y una imposibilidad tremenda por subsanarlo. Claro que se ocupan de dejar claro que lo que ocurre jamás podría ocurrir en la vida real, pero no deja de ser bastante similar a como funcionan realmente las cosas.

El punto fuerte de la cinta está en las escenas en la sala de guerra del pentágono. Las conversaciones entre el presidente de los estados unidos (magnifico Peter Sellers) con el presidente ruso, el personaje entero de Strangelove o el general Buck Turgidson son sin duda los momentos más divertidos de una comedia que, por otra parte, no es tan de carcajada como lo es de reflexión. No es graciosa por sus chistes si no por lo absurdo de las situaciones. Si acaso tuviese que achacar algo a la película es que no ocurra toda la historia en esa habitación. Sí, las escenas entre Mandrake y el general que pone en marcha todo (inteligentísimamente llamado Jack D. Reaper) son también fantásticas pero si se cortasen de la historia esta no se resentiría para nada. Mucho menos si las escenas del avión (lo peor desde mi punto de vista) también desapareciesen, aunque en ese caso me daría más lástima pues sin ellas no tendríamos una de las escenas más icónicas de la historia.

En general me ha encantado esta película. Es citable, inteligente y, muy agradecidamente corta. Dura poco más de una hora y media y no necesita ni un minuto más.



Como último comentario decir que esta ha sido la primera película de Kubrick que creo me ha gustado de principio a fin.

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