martes, 23 de febrero de 2016

Esta va a ser una crítica muy rápida. He visto Love esta semana. Y con Love no me refiero a la película que se estrenó el año pasado, si no a la nueva serie de Netflix, producida (o escrita, no sé) por Judd Apatow y protagonizada por Gillian Jacobs y un tal Paul Rust que no tengo ni idea de quien es.

Es una mierda.

No, en serio, es una mierda. Creo que el capítulo más fuerte es el último, y no creo que compense pasar los 9 episodios de absolutamente nada anteriores para tener ese final de temporada que, a parte de todo, tampoco es como si cerrase absolutamente nada.

Pero ¿De qué va Love y por qué es una mierda?

Love empieza como un año después de que el personaje de Gillian Jacobs y el de Paul Rust lo dejen con sus respectivas parejas. En ese momento estas dos personas, ella una fiestera con múltiples adicciones y él la caricatura de un friki, se encuentran en un supermercado y empiezan a conocerse. No diría una relación porque realmente Love no va de relaciones. Lo que tienen ellos es el ¿comienzo de algo? pero no es algo todavía. Y no es que sea algo malo eso, la premisa de por sí, esa manera de enfocar las relaciones de pareja con paciencia, no me parece mal. No es un "nos conocimos en esta tienda y estalló el amor" es más un "nos estamos conociendo" que, en cierto modo, es una idea mucho más realista de lo que podría esperarse. El problema es que el realismo de la serie se termina ahí, y es una serie que pide mucho más.

Combina supuesta comedia y drama pero en ningún momento se moja del todo en ninguno de los dos aspectos. Siento la necesidad de compararla con otra serie de la cadena, la maravillosa BoJack Horseman, no porque las historias se parezcan (que no se parecen) si no por ser la del caballo animado una serie que combina infinitamente mejor ambos géneros. Cuando en Bojack te quieren joder te destruyen (hay muchos momentos pero el viaje psicotrópico y la posterior escena en la que el protagonista le pide a Diane que le diga que no es una mala persona son durísimas) y cuando te quieren hacer reír (como en el episodio del concurso de J.D Salinger) te estás partiendo el culo todo el rato. En Love ni la comedia funciona tan bien (me habré reído cuatro veces en diez episodios) ni el drama es dramático. Gillian Jacobs no funciona, y no es porque no lo intente, y el personaje de Paul Rust parece más la fantasía de un nerd que otra cosa.

Los personajes son grises, pero no en un buen sentido. Quiero decir... no tengo ningún problema con que un personaje sea imperfecto, la gente es imperfecta, la gente se equivoca, la caga, y a veces hace las cosas bien. El problema es que en una serie, o al menos yo pienso eso, hay que elegir un bando. O quieres que les apoye o no, y la serie no consigue hacerlo. Principalmente porque creo que lo que menos funciona (y Gillian Jacobs es una actriz muy limitada pero no, no es eso) es el protagonista masculino. Gus no es un buen tipo. Es un pringado, pero ser un pringado no te convierte en un buen tipo.

Y lo triste de todo es que la serie insiste en que Gus nos parezca el héroe de la serie.

Eso sumado a unas situaciones que se plantean pero no van a ninguna parte luego y que ni la comedia ni el drama funciona, que las interpretaciones no son buenas y de más... hacen que el conjunto sea una mierda, la verdad.

Huid como la peste de esto, de verdad.

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