lunes, 8 de abril de 2013

Videojuegos: Las secuelas de Final Fight

Si hay un género (aparte de las plataformas) que lo petó durante la generación de los 16 bits, ese fue el Beat'Em'Up, y si hay un juego que marcó un referente sobre cómo hacer las cosas en esa categoría (en ese momento) fue el Final Fight. El juego de 1989 de Capcom lo petó en los salones recreativos y tuvo cien millones de conversiones a todo tipo de plataforma. Aún a día de hoy sus personajes son iconos que la compañía japonesa sigue reciclando para sus diferentes sagas (especialmente en Street Fighter, franquicia de la que siempre ha ido de la mano), y, cómo los grandes clásicos, el original sigue reciclándose en las nuevas consolas, siendo la última versión la de 360.

Pero hoy no toca hablar de Final Fight, si no que toca hablar de sus mucho menos conocidas secuelas en Super Nintendo; Final Fight 2 y Final Fight 3. Un juego que es, simple y llanamente, una basura, y otro que por algún motivo está en el más absoluto de los olvidos cuando no solo es tremendamente rescatable si no que supone una de las mejores muestras de su genero.

Tú, tú, pon a Haggar en la portada, que no se confunda nadie
El primero, por supuesto, es la mierda. Final Fight 2 salió cómo exclusiva para la Snes en 1993 y es, simple y llanamente, caca. Es más si no llevase el título de Final Fight probablemente nadie se molestaría nunca en hablar de ello. Da la sensación cuando uno lo juega, viendo la historia y lo poco que tiene en común con el original (no más que cualquier otra copia barata del FF1 de esas que salían a patadas en aquella época), que en realidad ni siquiera estaba pensado cómo secuela. Parece que alguien programó esta basura y directivo de Capcom, oliéndose el fracaso comercial que iba a suponer, propuso que metiesen a Haggar, Andore y una secuencia inicial que intenta de forma muy gratuita y barata conectarlo con el original (con el enorme argumento de "ESO NO IMPORTA" -true story, jugad al puto juego- para justificar el regreso de Mad Gear y su paso de banda callejera a sindicato del crimen internacional), le cambió el nombre y lo sacó al mercado.

Porque en serio, esto no tiene ninguna razón de ser. No es solo que no mejore nada con respecto al original (podría pasar como un mod del primer juego) si no que es diez veces más aburrido que el Final Fight 1. Los personajes nuevos son la suprema muestra de la falta de originalidad, Maki (que luego Capcom reciclaría en otros juegos) es uno de los diseños más gratuitos y simplones que he visto, y el ninja sudamericano CARLOS MIYAMOTO (juro por dios que se llama así y es un ninja sudamericano) que viene a sustituir cómo "el guay" (todos los Beat'Em'Ups tienen un guay) a Cody, es un tio que lleva una espada PERO NO LA USA, y no se puede ser más poser que un tío que lleva una espada atada a la espalda solo por fardar. Eso sin contar con que el juego, que ahora en lugar de situarse en Metro City se sitúa alrededor del mundo, presentando la versión más racista de Holanda jamás realizada. Nos reíamos de la visión que tenían los americanos de los vascos en MacGyver, pero la visión japonesa del campo Holandés es la polla.

Holanda todavía intenta recuperarse del apocalipsis nuclear
Haggar sigue, sí, y mola (porque no se puede molar mucho más que Haggar), pero es un aliciente demasiado pequeño para considerar este juego cómo algo más que una anécdota. Una secuela basura al nivel de otras secuelas basura cómo el Devil May Cry 2 o cualquier Call of Duty nuevo.

Por suerte Capcom quiso seguir apostando por la franquicia y dos años después de publicar esa basura sacó al mercado el que, ya sí, era la secuela que un juego histórico como el Final Fight merecía.

Es que hasta la portada mola mil
El Final Fight 3 coge la formula del primero y la mejora a todos los niveles. Para empezar, la acción vuelve a Metro City y se recupera como personaje jugable a Guy. Claro que falta Cody pero su hueco es llenado por dos nuevos personajes, Lucia (una policía macizorra y karateka) y Dean (el "guay" de este juego), un ex-pandillero con poderes eléctricos que busca venganza por la muerte de su familia (que es cómo un millón de veces más guay que ser un ninja sudamericano que lleva una espada que no usa y que se une a Haggar PORQUE SÍ). A eso hay que añadirle una jugabilidad aumentada y mejorada, con el añadido de combos, técnicas especiales al estilo Street Fighter y una barra para demoledores ultracombos. El recorrido de los niveles deja de ser lineal (o al menos no lo es tanto) con diferentes caminos a tomar, lo que da cierta versatilidad al juego y lo hace más re-jugable, además de mejorar el aspecto gráfico y rediseñar por completo todo el juego, siendo el único que sale perdiendo con el cambio Haggar, que tiene uno de los peores re-diseños de la historia de los videojuegos.
La gente se quejaba del nuevo Dante porque no tenía pelo blanco. Esto es destruir un personaje
Final Fight 3 es el modo correcto de hacer una secuela, mejorando a todos los niveles el original, y es uno de los mejores Beat'Em'Ups a los que he tenido el gusto de jugar. El que haya caído en semejante olvido y no este a la altura, no ya de la primera parte de la serie, si no de otros enormes del género como el Turtles in Time es algo que no puedo entender.

Y después de aquello la franquicia se apagó. Supongo que la poca fama de esa tercera parte (y que todavía se seguía hablando mucho del primero) contribuyó a eso, a Capcom le iba bien reciclando el viejo juego en todos los soportes posibles y a sus personajes en todos los juegos de la compañía que podían. Tuvieron que pasar cuatro años hasta que la compañía japonesa se decidiese a hacer algo con el nombre en forma de un juego de lucha lamentable llamado Final Fight: Revenge, que supuso además el regreso de la franquicia a los arcades. Sin embargo la baja calidad del título (y supongo que el que los arcades ya no eran lo que habían sido) medio cerró cualquier otro Final Fight hasta el año 2005 en donde se publicó Final Fight: Streetwise, un Beat'Em'Up tridimensional terrible que sin ser tan avergonzantemente malo cómo el segundo si es de una mediocridad supina.

Pero por mucho que la líen en capcom mancillando el nombre de la franquicia no se puede joder el pasado, y al final siempre nos quedará el primer juego, o esa joyita secreta de la Snes en forma de tercera parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario